Hematuria microscópica en niños

[Hematuria microscópica en niños]

Cesar Cuero1



Publicado: 2017-11-28

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Resumen

En Panamá, con mucha frecuencia se observa a niños con lesiones de tipo piodérmicas  en extremidades sobre todo inferiores que degeneran en Glomerulonefritis Post Estreptocócica, cuadro muy conocido aquí y además estudiado a fondo por el destacado nefrólogo venezolano                    Dr. Bernardo Rodríguez Iturbe.

Sin embargo, hay otro cuadro renal en niños que no se le presta la debida atención la microhematuria asintomática aislada persistente, es decir la aparición de hematuria microscópica sin producción de síntoma alguno. Entre 3 al 5 % de nuestros niños presentan hematuria asintomática y muy pocos son detectados  y los que son descubiertos tienen un pobre seguimiento.

Aquí se abre la discusión sobre el hecho de que no existe un programa organizado para evaluar en forma sistemática y planificada, el estado general de salud de nuestros niños.

En otras sociedades de avanzada, es rutinario y  obligatorio el hacer un urinálisis a los niños en edad escolar y que cursan la educación primaria, y este hecho   va ligado a la matrícula del niño, que tiene como uno de sus requisitos  la presentación de un examen de orina, al inicio y al final de la educación primaria.

Japón es un ejemplo de lo antes señalado. Con una alta incidencia de Mesangiopatía IG A, entre niños y adultos, han instituido un programa obligatorio de realización de urinálisis en sus niños al menos 2 veces a lo largo de su paso por la escuela primaria. Esto le ha permitido a las autoridades de salud, el detectar tempranamente la aparición de microhematuria asintomática en sus niños.

Pero el asunto no queda allí, puesto que también se ha instituido un programa efectivo de seguimiento de estos niños durante esta etapa y la adolescencia, garantizando con ello una vigilancia  y tratamiento adecuado del cuadro entre la población joven.

En nuestra América Latina y Panamá incluida, no se tiene formalizado este tipo de programas, por ende no se le da seguimiento adecuado a los niños con microhematuria. Es que no se le puede dar seguimiento a algo que no se descubre por que no se busca.

Todavía continuamos con la mentalidad de disminuir la importancia de esta entidad a la que tradicionalmente se le ha considerado de evolución benigna. Seguimos considerando igual que  nuestros niños no presentarán este cuadro o si lo hacen será en un porcentaje tan bajo que no vale la pena buscarla.

Estudios recientes han dado una voz de alerta sobre el carácter benigno de la microhematuria asintomática en niños. Investigaciones con seguimiento a largo plazo, comienzan a relacionar  esta entidad con  la  aparición de enfermedad renal crónica, que si bien es en un porcentaje bajo, no es nada despreciable como para no darle importancia, al grado que se está considerando el desarrollo de la microhematuria asintomática aislada en niños como un factor predictivo de aparición de enfermedad renal crónica años más adelante.

Urge entonces el desarrollar estrategias dentro del sector salud en conexión con el ministerio de educación para que sea obligatorio el que a nuestros niños se le hagan urinalisis periódicos en la edad primaria y también  en la adolescencia.

 


Abstract

En Panamá, con mucha frecuencia se observa a niños con lesiones de tipo piodérmicas  en extremidades sobre todo inferiores que degeneran en Glomerulonefritis Post Estreptocócica, cuadro muy conocido aquí y además estudiado a fondo por el destacado nefrólogo venezolano                    Dr. Bernardo Rodríguez Iturbe.

Sin embargo, hay otro cuadro renal en niños que no se le presta la debida atención la microhematuria asintomática aislada persistente, es decir la aparición de hematuria microscópica sin producción de síntoma alguno. Entre 3 al 5 % de nuestros niños presentan hematuria asintomática y muy pocos son detectados  y los que son descubiertos tienen un pobre seguimiento.

Aquí se abre la discusión sobre el hecho de que no existe un programa organizado para evaluar en forma sistemática y planificada, el estado general de salud de nuestros niños.

En otras sociedades de avanzada, es rutinario y  obligatorio el hacer un urinálisis a los niños en edad escolar y que cursan la educación primaria, y este hecho   va ligado a la matrícula del niño, que tiene como uno de sus requisitos  la presentación de un examen de orina, al inicio y al final de la educación primaria.

Japón es un ejemplo de lo antes señalado. Con una alta incidencia de Mesangiopatía IG A, entre niños y adultos, han instituido un programa obligatorio de realización de urinálisis en sus niños al menos 2 veces a lo largo de su paso por la escuela primaria. Esto le ha permitido a las autoridades de salud, el detectar tempranamente la aparición de microhematuria asintomática en sus niños.

Pero el asunto no queda allí, puesto que también se ha instituido un programa efectivo de seguimiento de estos niños durante esta etapa y la adolescencia, garantizando con ello una vigilancia  y tratamiento adecuado del cuadro entre la población joven.

En nuestra América Latina y Panamá incluida, no se tiene formalizado este tipo de programas, por ende no se le da seguimiento adecuado a los niños con microhematuria. Es que no se le puede dar seguimiento a algo que no se descubre por que no se busca.

Todavía continuamos con la mentalidad de disminuir la importancia de esta entidad a la que tradicionalmente se le ha considerado de evolución benigna. Seguimos considerando igual que  nuestros niños no presentarán este cuadro o si lo hacen será en un porcentaje tan bajo que no vale la pena buscarla.

Estudios recientes han dado una voz de alerta sobre el carácter benigno de la microhematuria asintomática en niños. Investigaciones con seguimiento a largo plazo, comienzan a relacionar  esta entidad con  la  aparición de enfermedad renal crónica, que si bien es en un porcentaje bajo, no es nada despreciable como para no darle importancia, al grado que se está considerando el desarrollo de la microhematuria asintomática aislada en niños como un factor predictivo de aparición de enfermedad renal crónica años más adelante.

Urge entonces el desarrollar estrategias dentro del sector salud en conexión con el ministerio de educación para que sea obligatorio el que a nuestros niños se le hagan urinalisis periódicos en la edad primaria y también  en la adolescencia.

 

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