Enfermedades parasitarias de la piel: importancia de la respuesta inmune del hospedero
[Enfermedades parasitarias de la piel: importancia de la respuesta inmune del hospedero]José Manuel Ríos-Yuil1
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Resumen
La barrera cutánea es esencial para la función de protección de la piel y para esto se debe construir correctamente la envoltura cornificada. Además de esta barrera física, el sistema inmune innato y adaptativo en la piel constituyen una segunda línea de defensa contra los agentes patógenos del medio ambiente.
La piel se encuentra colonizada por una gran diversidad de microorganismos, tales como bacterias, hongos, ácaros y virus. Estos microorganismos constituyen el microbioma cutáneo y, en su mayoría, son inofensivos o incluso beneficiosos para el hospedero.
El microbioma constituye la verdadera primera línea de defensa de la piel contra las infecciones, debido a que los microorganismos patógenos deben primero competir con el microbioma antes de poder establecerse e infectar. La formación del microbioma de un organismo es regida por la ecología de la superficie de la piel, la cual es muy variable dependiendo de la topografía, de factores del hospedero y de factores exógenos ambientales.
La respuesta inmune del hospedero modula el microbioma de la piel; sin embargo, el microbioma también contribuye a la educación del sistema inmune, manteniéndole en estado de alerta, propiciando una respuesta más rápida ante cualquier infección.
Es primordial lograr una mejor comprensión de la relación del microbioma con el sistema inmune y de su rol en las enfermedades de la piel. Esto nos permitirá establecer terapias novedosas para estas enfermedades. Es vital recordar que, como en todo ecosistema, la clave para la buena salud de la piel está en mantener el balance.
Abstract
La barrera cutánea es esencial para la función de protección de la piel y para esto se debe construir correctamente la envoltura cornificada. Además de esta barrera física, el sistema inmune innato y adaptativo en la piel constituyen una segunda línea de defensa contra los agentes patógenos del medio ambiente.
La piel se encuentra colonizada por una gran diversidad de microorganismos, tales como bacterias, hongos, ácaros y virus. Estos microorganismos constituyen el microbioma cutáneo y, en su mayoría, son inofensivos o incluso beneficiosos para el hospedero.
El microbioma constituye la verdadera primera línea de defensa de la piel contra las infecciones, debido a que los microorganismos patógenos deben primero competir con el microbioma antes de poder establecerse e infectar. La formación del microbioma de un organismo es regida por la ecología de la superficie de la piel, la cual es muy variable dependiendo de la topografía, de factores del hospedero y de factores exógenos ambientales.
La respuesta inmune del hospedero modula el microbioma de la piel; sin embargo, el microbioma también contribuye a la educación del sistema inmune, manteniéndole en estado de alerta, propiciando una respuesta más rápida ante cualquier infección.
Es primordial lograr una mejor comprensión de la relación del microbioma con el sistema inmune y de su rol en las enfermedades de la piel. Esto nos permitirá establecer terapias novedosas para estas enfermedades. Es vital recordar que, como en todo ecosistema, la clave para la buena salud de la piel está en mantener el balance.
Citas
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