Las enfermedades no transmisibles, un problema de gran magnitud en nuestra América y el mundo

[Non-communicable diseases, a problem of great magnitude in our America and the world.]

Cesar Cuero1

1. Editor en Jefe;

Publicado: 2023-09-10

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Resumen

Las enfermedades no transmisibles (ENT), son un problema que, por su magnitud, ha sido causa de gran preocupación de La Organización Mundial de la Salud (OMS), la cual las ha definido como enfermedades que no se transmiten a través de una infección ni a través de otras personas en forma activa, pero que son causadas por un comportamiento humano asociado a costumbres poco saludables.

Las ENT son la principal causa de muerte y discapacidad en el mundo, y con mucha frecuencia generan un requerimiento de cuidados y tratamientos a largo plazo. Esto conlleva gastos que van a representar un porcentaje importante del presupuesto de salud de todos los países, especialmente en los que están en vías de desarrollo, los que tienen que enfrentar además de estas a las enfermedades de causa infecciosa que igual consumen una alta porción del presupuesto de los mismos.


Las ENT llevan a la muerte a cerca de 41 millones de personas cada año, lo que equivale al 71% de todas las muertes de seres humanos en el mundo. En la región de las Américas, mueren cerca de 5.5 millones de personas anualmente por esta causa. De estas cifras unos 15 millones de personas estaban entre los 30 y 69 años. Un 85% de estas muertes ocurren en países de bajos y medianos ingresos. En nuestra región americana mueren 2,2 millones de personas por ENT antes de cumplir los 70 años.


Las enfermedades cardiovasculares son responsables de la mayor parte de estas muertes por ENT a nivel mundial. con alrededor de 18 millones de personas. A estas les sigue el cáncer con 9 millones, las enfermedades respiratorias con 3,9millones y 1,6 millones la diabetes.


Si analizamos los factores de riesgo modificables que llevan a las ENT, nos sorprenderá saber que más de 7,2 millones de personas mueren cada año asociadas al uso de tabaco, ya sea fumador activo o pasivo. Se estima que esta cantidad subirá en los próximos años. En cuanto a la sal, su uso excesivo está asociado a unos 4,1 millones de muertes anualmente. Más de la mitad de los 3,3 millones de muertes atribuibles al consumo de alcohol se deben a ENT, entre ellas el cáncer. En cuanto a la poca actividad física, unos 1,6 millones de personas están asociadas a esta causa.


Pero lo controversial y lamentable, es que las ENT pueden prevenirse en forma primaria y secundaria, reduciendo los factores de riesgo que llevan a ellas, tales como el consumo de tabaco, de alcohol, el sedentarismo, el uso indiscriminado de la sal y el consumo de alimentos poco saludables. Medidas que se antojan sencillas, no complicadas, pero que, sin embargo, no se cumplen.


La Organización Panamericana de la Salud (OPS), ha llevado a cabo múltiples reuniones y lanzado estrategias a corto y mediano plazo, para enfrentar el problema de las ENT en Las Américas. En la actualidad ejecuta actividades dirigidas al control y prevención de las ENT, sus factores de riesgo asociados y las discapacidades derivadas, buscando fortalecer el accionar de sus estados miembros para que desarrollen políticas públicas, programas y servicios en el campo de la salud.

Pero en la práctica, aún estamos lejos de esta realidad. En el trabajo presentado aquí sobre Cumplimiento de las normas de atención panameñas para la prevención secundaria de enfermedades no transmisibles, basado en una muestra de gran tamaño y con representatividad nacional, nos señala en su conclusión que encontraron un bajo cumplimiento de las normas nacionales en la prevención secundaria de las ENT. Esto nos lleva a la necesidad de revisar estas normas, actualizarlas y lo que es más importante, el propio país las cumpla. De otra manera el panorama de fallecimientos y aumento de casos continuara, en nuestros países americanos.


Abstract

Non-communicable diseases (NCDs) are a problem that, due to their magnitude, have been of great concern to the World Health Organization (WHO), which has defined them as diseases that are not transmitted through an infection or through other people in an active way, but are caused by human behavior associated with unhealthy habits.
NCDs are the leading cause of death and disability in the world, and very often generate a requirement for long-term care and treatment. This leads to expenses that will represent a significant percentage of the health budget of all countries, especially in developing countries, which have to deal with infectious diseases that also consume a large portion of their budgets.


NCDs lead to the death of about 41 million people each year, which is equivalent to 71% of all human deaths worldwide. In the Americas region, about 5.5 million people die annually from NCDs. Of these, some 15 million people were between the ages of 30 and 69. Eighty-five percent of these deaths occur in low- and middle-income countries. In our American region, 2.2 million people die of NCDs before the age of 70.

Cardiovascular diseases are responsible for most of these NCD deaths worldwide, with about 18 million people. This is followed by cancer with 9 million, respiratory diseases with 3.9 million and diabetes with 1.6 million.


If we analyze the modifiable risk factors that lead to NCDs, we will be surprised to learn that more than 7.2 million people die each year associated with tobacco use, whether they are active or passive smokers. It is estimated that this number will rise in the coming years. As for salt, its excessive use is associated with some 4.1 million deaths annually. More than half of the 3.3 million deaths attributable to alcohol consumption are due to NCDs, including cancer. As for low physical activity, some 1.6 million people are associated with this cause.


But what is controversial and regrettable is that NCDs can be prevented in primary and secondary ways by reducing the risk factors that lead to them, such as tobacco consumption, alcohol consumption, sedentary lifestyles, indiscriminate use of salt and consumption of unhealthy foods. These are measures that seem simple, not complicated, but which, nevertheless, are not being implemented.

The Pan American Health Organization (PAHO) has held multiple meetings and launched short- and medium-term strategies to address the problem of NCDs in the Americas. It is currently implementing activities aimed at the control and prevention of NCDs, their associated risk factors and related disabilities, seeking to strengthen the actions of its member states to develop public policies, programs and services in the field of health.

However, in practice, we are still far from this reality. In the work presented here on Compliance with Panamanian standards of care for the secondary prevention of noncommunicable diseases, based on a large sample size and with national representativeness, we note in its conclusion that they found low compliance with national standards in the secondary prevention of NCDs. This leads us to the need to review these standards, update them and, more importantly, to ensure that the country itself complies with them. Otherwise, the panorama of deaths and increase of cases will continue in our American countries.

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