La Medicina Sigue, a Pesar de La Pandemia por COVID19
[Medicine Continues, Despite Pandemic by COVID19]Cesar Cuero1
1. Editor en Jefe;
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Resumen
No hay duda que la presente pandemia por COVID-19 ha hecho estragos en todos los países del mundo. En algunos en forma desmedida, pero en todos trastocando el sistema de salud nacional, desmejorando notablemente la economía y cambiando la rutina diaria de la gente, dejando secuelas de todo tipo, tanto clínica como emocional.
Esta pandemia si bien inicialmente afectó principalmente a los adultos mayores, en la actualidad está atacando a la población más joven, aumentando el número de fallecidos en este segmento poblacional. No hay duda que esta pandemia ha desnudado las falencias de un sistema de salud débil, desorganizado, carente de recursos y muy mal administrado, realidad que se agudiza más, en tanto menos recursos económicos tenga el país.
Y es precisamente esto último lo que más preocupa. Resulta que todos los países han tenido que dedicar recursos que se tenían para otros fines, al manejo de los afectados por el COVID-19, y han tenido necesidad de recurrir a la banca y entidades monetarias internacionales, a solicitar préstamo de dinero, en cantidades preocupantes, comprometiendo el futuro y la estabilidad económica de sus conciudadanos, por varias generaciones.
Muy a pesar de lo antes señalado, en todos los países de América Latina y demás regiones del mundo, el resto de las enfermedades que normalmente afecta a la población siguen mermando el estado de salud de todos, sin que se pueda encontrar fácilmente la atención médica necesaria para su mal, que no tiene nada que ver con el COVID-19.
En todas partes el escenario es lamentable y desgarrador. Salas hospitalarias saturadas, unidades de cuidados especiales sin camas libres, hospitales enteros sumergidos en el caos, incapaces de dar respuesta a la persona que acude a ellos por una afección cardíaca o pulmonar que requiere cuidados del nivel más especializado.
Por otro lado, la carencia de personal general, y especializado, que se dedique a atender al resto de los enfermos que no han sido afectados por el COVID-19, acrecienta la crisis. Esto retrata de cuerpo entero el decadente y paupérrimo sistema de salud de nuestros países. Es peligroso y lamentable enfermarse en estos tiempos. Y es muy lamentable aceptar que esta realidad se traslada al campo de la medicina privada. Es decir, en algunos países, ni siquiera hace diferencia el tener cobertura médica privada, porque simplemente no hay camas disponibles.
La medicina sigue, a pesar de la pandemia, pero sin adecuada planificación, con la marcada carencia de recurso económico y humano. A donde llegaremos, aún está por verse.
Dr. Cesar Cuero
Editor en Jefe
Abstract
There is no doubt that the current COVID-19 pandemic has wreaked havoc in every country in the world. In some in an excessive way, but in all disrupting the national health system, notably deteriorating the economy and changing people's daily routine, leaving sequelae of all kinds, both clinical and emotional.
Although this pandemic initially affected mainly the elderly, it is currently attacking the younger population, increasing the number of deaths in this population segment. There is no doubt that this pandemic has exposed the shortcomings of a weak, disorganized health system, lacking in resources and very poorly managed, a reality that becomes more acute, the less economic resources the country has.
And it is precisely the latter that is most worrying. It turns out that all countries have had to dedicate resources that were had for other purposes, to the management of those affected by COVID-19, and have had to resort to banks and international monetary entities, to request a loan of money, in quantities worrisome, jeopardizing the future and the economic stability of their fellow citizens, for several generations.
Despite the aforementioned, in all the countries of Latin America and other regions of the world, the rest of the diseases that normally affect the population continue to reduce the state of health of all, without being able to easily find medical attention necessary for his illness, which has nothing to do with COVID-19.
Everywhere the scene is pitiful and heartbreaking. Overcrowded hospital wards, special care units without free beds, entire hospitals submerged in chaos, unable to respond to the person who comes to them for a heart or lung condition that requires care of the most specialized level.
On the other hand, the lack of general and specialized personnel dedicated to caring for the rest of the patients who have not been affected by COVID-19, exacerbates the crisis. This portrays the entire body of the decaying and impoverished health system of our countries. It is dangerous and unfortunate to get sick in these times. And it is very regrettable to accept that this reality is transferred to the field of private medicine. That is, in some countries, it doesn't even make a difference to have private health coverage, because there are simply no beds available.
Medicine continues, despite the pandemic, but without adequate planning, with a marked lack of economic and human resources. Where we will go remains to be seen.
Dr. Cesar Cuero
Editor-in-Chief
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