Editorial

[Editorial]

Osvaldo Reyes1

1. Editor en Jefe.

Published: 2021-06-30

Abstract

El proceso de vacunación para poner freno a la pandemia por el SARS-CoV-2 avanza a pasos agigantados en muchos países, permitiendo ver la luz al final del túnel. Sin embargo, en otras latitudes, ya sea por menores recursos, desidia de las personas con el poder de tomar decisiones y el temor de la población, el porcentaje de vacunación deja mucho que desear. En estos tiempos modernos, donde la eficacia de la vacunación como la mejor medida preventiva para reducir la morbimortalidad global no debería ser puesta en dudas, es doloroso ver figuras públicas fustigar los distintos esfuerzos dirigidos a aumentar el número de personas vacunadas.

Los argumentos usados por estas “autoridades” carecen de todo sustento científico y son fácilmente debatibles con evidencia mínima, pero vivimos en la era digital y el internet ha permitido que cualquier persona con una mínima habilidad lectora se sienta en capacidad de discutir con autoridades que han dedicado su vida a la investigación. Este fenómeno, conocido como el efecto Dunning-Krüger, postula que las personas sin conocimientos en un área específica desconocen los límites de su ignorancia. Claessens et al. publicaron los resultados de su investigación con esta premisa de fondo en la era COVID (Claessens et al. Open Forum Infectious Diseases, Volume 8, Issue 4, April 2021). Analizaron múltiples variables relacionadas con los conocimientos de 2487 sujetos en temas relacionas con el COVID. Como era de esperar, aquellos con los peores resultados usaban como fuente de información primaria el internet y las redes sociales y su nivel educativo era pobre. El promedio de percepción del nivel de conocimientos era elevado y para nada relacionado con la realidad.

 

            Las nuevas generaciones tienes millones de volúmenes de conocimiento al alcance de la mano, pero se decantan por las más accesibles. Las que les llegan en sus momentos de ocio en textos de corta duración, sin un solo artículo que sustente las palabras que emiten. Toman estas falacias como verdades absolutas y las diseminan como el virus que tanto dicen conocer. Es imperativo impulsar una reforma educativa a todo nivel, pero debemos empezar por nosotros mismos. Tenemos que aprender a olvidar lo aprendido y a partir de cero. Aceptar que lo postulado por un solo investigador o un solo artículo dista mucho de ser verdad, verificar la fuente de cualquier noticia que nos llegue y aprender a leer de manera crítica las investigaciones científicas. Mientras no hagamos eso, el problema seguirá, ya que las personas que deberían poner orden son víctimas de su propia versión de Dunning-Krüger y cuando una mentira viene de boca de una autoridad, el daño que provoca es peor.

A veces tenemos que aceptar que no sabemos. Ese es el primer paso hacia el verdadero conocimiento.


Abstract

The vaccination process to stop the SARS-CoV-2 pandemic is progressing by leaps and bounds in many countries, allowing us to see the light at the end of the tunnel. However, in other latitudes, whether due to fewer resources, the neglect of people with the power to make decisions and the fear of the population, the percentage of vaccination leaves much to be desired. In these modern times, where the efficacy of vaccination as the best preventive measure to reduce global morbidity and mortality should not be doubted, it is painful to see public figures lashing out at the various efforts aimed at increasing the number of people vaccinated.

The arguments used by these "authorities" lack any scientific support and are easily debatable with minimal evidence, but we live in the digital age and the internet has allowed anyone with minimal reading ability to feel capable of arguing with authorities who have dedicated his life to research. This phenomenon, known as the Dunning-Krüger effect, postulates that people without knowledge in a specific area are unaware of the limits of their ignorance. Claessens et al. published the results of their research with this underlying premise in the COVID era (Claessens et al. Open Forum Infectious Diseases, Volume 8, Issue 4, April 2021). They analyzed multiple variables related to the knowledge of 2487 subjects on issues related to COVID. As expected, those with the worst results used the internet and social networks as their primary source of information and their educational level was poor. The average perception of the level of knowledge was high and not at all related to reality.

 


The new generations have millions of volumes of knowledge at their fingertips, but they opt for the most accessible. Those that come to them in their moments of leisure in short texts, without a single article to support the words they emit. They take these fallacies as absolute truths and spread them like the virus they claim to know so much. It is imperative to promote educational reform at all levels, but we must start with ourselves. We have to learn to forget what we have learned and start from scratch. Accept that what is postulated by a single researcher or a single article is far from being true, verify the source of any news that reaches us and learn to critically read scientific research. As long as we do not do that, the problem will continue, since the people who should put order are victims of their own version of Dunning-Krüger and when a lie comes from the mouth of an authority, the damage it causes is worse.

Sometimes we have to accept that we don't know. That is the first step towards true knowledge.

 

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